Cat, part 2.

¡Jesús, María y Bosé! Mi gato es una dama.

Me pone su patita, ever so gently, en los labios cada vez que canto, para callarme. Se me pone enfrente, a medio centímetro, hasta que me ahogo entre pelos, para que le de de besos. Me llora para que le aviente su pelotita -la rosa porque discrimina a la verde- y que pueda brincotear por todos lados cual reina de las flores. Se viaja con la música nigga de los vecinos.

Mi amigo Patrick tiene un gato que se llama Fred. Fred es maricón y los demás gatos se lo madrean todo el tiempo, por puto. Igual y la Emilia le puede dar unos besos al Fred cuando crezca. Pero quién sabe porque la Emilia está hecho un Dios y no sé qué tan bombón esté el Fred.

Ah. Y me pone mi maestra de Women and Popular Culture.